Título: Los líderes del mañana
Autora: Carmen Andrés Reyes
Ilustración de portada: Helena Castaño Pérez-Olleros
Núm. Páginas: 112
Editorial: Siete pisos
ISBN: 978-84-9949955-3-8
Formato: Tapa blanda.
Precio: 12,95€
Dos mellizas tratan de sobrevivir a la educación de un país despiadadamente perfeccionista. Columbland, que así se llama el frío y distópico lugar, pretende fabricar los mejores líderes del planeta. Para ello instruye a niños que luego deberán ocupar altos cargos en empresas, hospitales, mandos de gobierno…Pero Columbland tiene también la mayor tasa de suicidio estudiantil. ¿Queda hueco en una sociedad tan estricta -no muy alejada de ciertos sectores actuales- para que valores como el amor o la ternura puedan seguir constituyéndonos como seres humanos? A este dilema, y a los rigores de Columbland, se enfrentan las protagonistas de esta sugestiva novela juvenil.
Hoy traigo la reseña de ‘Los líderes del mañana’ de Carmen Andrés Reyes y que ha sido la lectura del #retotbrvatohopes del mes de Abril.
Imagina un lugar en el que los niños son sometidos a una gran presión para ser los mejores desde que nacen. Imagina que desde que empiezan el colegio, excepto el domingo por la tarde, los niños tienen todo su tiempo programado con clases y actividades. Imagina que en el tiempo libre que les queda a los niños no esté bien visto jugar. Donde las relaciones personales no están bien vistas hasta haber conseguido un puesto de liderazgo suficientemente elevado. Un lugar donde mostrar los sentimientos no es adecuado y se considera una pérdida de tiempo. Donde se fomenta la rivalidad entre compañeros de clase y, pasar por encima de quien sea con tal de conseguir ser el mejor, es algo normalizado. Donde se prohíbe ser “amigo/a” de quien a ti te dé la gana, especialmente si es de un barrio de “bajos ingresos”. Donde lo único que permiten a esos niños es no olvidar en ningún momento que su único objetivo en la vida es ser líderes en algún área (político, médico, empresario…) y graduarse en una de las tres mejores universidades. Todo lo demás es secundario. Un lugar con una gran tasa de suicidio estudiantil. ¿Te imaginas un lugar así?
Bienvenido/a a Columbland. El lugar donde vive nuestra protagonista, Mía, junto a sus padres y su melliza Carol. Mía nos contará cómo han sido sus vidas, las vivencias de ambas hermanas respecto al resto de “ricachones” que conviven con ellas en uno de los barrios pijos de Columbland y, de la vida y oportunidades de las personas que viven en barrios “de bajos ingresos” personas, estas últimas, que no pueden acceder incluso a servicios básicos, por no hablar de los jóvenes becados que, a pesar de estudiar en buenas escuelas, jamás podrán acceder a un puesto de trabajo considerado “superior”, Una historia bastante triste y dura, ya os aviso.
Terminas de leer el libro, que se lee en un suspiro ya que la pluma de la autora y el estar estructurado en capítulos cortos lo convierten en una lectura muy ágil, no puedes evitar quedarte pensando. Porque si bien el libro es una distopía quizás nos demos cuenta que no es tan ajena a la realidad como nos gustaría.
En nuestra sociedad también nos encontramos la división de personas ricas y pobres. Con diferencias y sociales.
También observamos cómo hoy en día los adultos, a veces sin querer, someten a presión innecesaria a los niños para que sean los que más saben y los que antes lo saben todo. Porque quieren que sus hijos sean los mejores. Cierto que muchos padres quieren lo mejor para sus hijos pero, especialmente cuando son pequeños, suele olvidarse que lo que más necesitan es el amor y el cariño de su entorno, reafirmar su personalidad y aprender el respeto por sí mismos y por los demás, quizás también así evitaríamos temas, por desgracia, tan actuales como el bullying.
Y sólo me queda decir que en este libro de poco más de 100 páginas y que os va a tocar la patata seguro, se condensan un montón de temas que invita a reflexionar sobre temas importantes. Sin duda alguna os recomiendo la lectura de este libro. Un libro que creo que sería genial que lo leyeran los chavales en el instituto.
Si hay segunda parte, ya que tiene un final abierto, lo leeré sin duda alguna.
